lunes, 4 de abril de 2011

El desesperate trafico (o de los Horribles calores de Abril)


El señor de los climas se ha ensañado con nosotros desde que marzo empezó, creo que nos lo merecemos, sino vean la cloaca del sumidero, que año con año recibe una bola de extranjeros al por mayor y siempre que le preguntas que fue lo que de aquella majestuosidad percibió, te responde casi espontáneamente, hay un chingo de basura (me ha tocado varia, varias, veces y siempre me muero de vergüenza) en fin tenemos lo que merecemos así que conejos ¡sufraaaaaaaaan!!!!
Regresando a lo cotidiano, como habrán deducido (eso espero) aun soy un estudiante universitario y sabrán que como buen estudiante universitario me tengo que levantar temprano para ir a la escuela pero que creen que también el señor de los horarios de verano decidió crear su fucking milagrito así que he tenido que levantarme aun más temprano… weno, weno, no hay tanto pancho por levantarse, lo horrible es cuando sales felizmente a tomar tu “conejobuss”  y ¡ho! sorpresa está lleno… ¬¬ no tienes más remedio que esperar hasta el cuarto que también va lleno, pero por un acto de piedad el chofer a decidido llevarte, pero claro sabes que corres el riesgo de terminar asfixiado; en fin cuando llegas hasta tu destino, después de tu odisea, te encuentras con la maravillosa noticia de que tu profesor aun no ha llegado por que se encuentra en su propia odiosea…¬¬
Pero bien, en ese transcurso de tiempo al genialísimo sol se le ha ocurrido subir su intensidad de calor, y cuando el calor es altamente agresivo por fin entras a tu delicioso salón con clima pero que crees, que el fin de semana han dejado encendido el clima y se ha quemado…. ¬¬
Al final de tu diversísima clase sauna, estas un tanto, bueno completamente aburrido y te sientes realizado por regresar a tu casa, tomas el conejo, que esta vez parece tener más espacio que  la primera vez que la tomaste, y cuando haces planes te das cuenta que tanto atrás como delante del transporte hay toda una tira, gigantesca metálica, incandescente y contaminante de automóviles, en tu mente cruza un tranquilo, no pasa nada, y si  no te equivocas, no pasa nada, no te mueves sigues cerca de la vendita parada donde has tomado el camión y después de casi una hora si te dices fukc ¬¬ …
Después de haber llegado a mi cantón me acosté en la hamaca y termine con una carcajada mortal, de esas que te atacan sin darte chance para respirar, al recordar que ese desmadre se debía a algún conductor imprudente que decidió probar como era un choque y eso me recordó uno de mis escritos por el cual dedico este post.
Por cierto ¡Que pinche calor hace!

Malos entendidos
Con los auriculares en los oídos iba esquivando de forma salvaje a los demás automovilistas, además de dejar a un lado su improvisado y complejo proceso de maquillado e ir con las manos golpeado la nada como si por instantes se materializara; su rostro de un color carmín  encendido expresaba y acentuaba su cólera:
-¿Entonces si saliste con ella? ¿Pero cuándo? ¿Por qué? ¿Qué fue lo que se te cruzo por la cabeza? Y ¿cómo te atreves a salir con ella? carajos, crees que soy tu pendeja, no me intentes ignorar, escúchame, ¡escúchame bien!, hace días que sé lo de tu aventura, si no te atreves a cortarme tampoco intentes ponerme los cuernos… ¿a ver por qué no me contestas? Verdad que si cabrón, ya decía yo que esa zorra no te hablaría solo por trabajo, pero yo tengo la culpa por no haberle puesto atención a mis corazonadas. ¿Pero que le viste a esa enana celulítica?, como es que no me di cuenta que te gustaba la basura. Anda contesta,  no te hagas el mudo y ya contéstame, ¿Cuánto tiempo llevas saliendo con ella?, ¿Ya te la echaste? ¿¡Ah no quieres hablar!? Eres un maldito maricón pero ¿sabes? Antes de que intentes córtame yo te voy a mandar a la…-
Delante del auto un camión de carga frenaba pero los frenéticos gritos de aquella mujer le nublaron la cordura, y su atención se enfocó en el camino justo cuando ya era tarde; la aceleración en exceso provocó que el auto derrapara, algunos carros se detuvieron instantáneamente solo para ver como el automóvil se estampaba detrás del camión. Todo quedo reducido a chatarra, la gente, como moscas al estiércol, se fue acumulando ante aquel accidente.
Aquella esquizofrénica celosa ya no existía, pero el celular aun vivía, y luego de un rato por el teléfono se pudo escuchar:
-Chiquita ya regrese sígueme contando-

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