martes, 3 de mayo de 2011

La única literatura que se trafica:



Qué hay de nuevo banda de amigos imaginarios adictos a la lectura chatarra, sé que me he tardado un poquito, hay que son dos semanas con dos días… bueno realmente no había podido porque me encontraba en una residencia artística, la cual extraño mucho y ha marcado muchísimo mi vida, llamada EDELO, se encuentra en San Cristóbal de las casas Chiapas, un lugar que es genuinamente un espacio bohemio y artístico, se los recomiendo si algunas vez pasan por Sancris lleguen al EDELO, está en Flavio A. Paniagua #10.
Bueno en este tiempo que no he escrito nada, me he topado con un tema muy interesantemente morboso: lo erótico; bueno más bien era lo pornográfico, resulta que un escrito llego a dar una ponencia ha cerca de su trabajo y hablo ha cerca de su influencia que tuvieron las revistas de las “trabajadoras” una revista que no cae en lo pornográfico y que si prende lo suficiente, en fin resulta que uno de los profesores (cuyo nombre no mocionaré e intentaré no ser muy explicito para que no se sepa quién es) que suele visitar mi blog (chin ya la cagué jeje) también fue fanático de este erotismo popular (utilizare este termino pa que se escuche bonito no como “erotismo barato”) en fin me conto ha cerca de estos y sobre su influencia en nuestra sociedad, entonces me puso a pensar en que los comics de verdad influyen, pero los comics ya no son de mi generación, bueno si lo son todavía pero no como antes, esta vez los orientales invaden nuestras atenciones.
El manga es el equivalente del comic y de hecho en el manga existe un apartado muy grande de erotismo,  está el bajo que se considera Echi y el intenso denominado Hentai.
 En alguna de mis próximas entradas detallare ha cerca de estos dos términos y tal vez coloque algunos links, mientras piensen solo en el erotismo; esta vez les dedico a todos aquellos que alguna vez en la escuela ha traficado alguna de las literaturas eróticamente morbosas.

Después del felices por siempre

Al despertar de la noche nupcial, la bella princesa se lavó la cara, vio en aquel espejo de decorado exuberante el rostro de una mujer que no tenia pinta de princesa, se pregunto una y otra vez si acaso su apariencia había sido alterada por la noche, mientras fingía que disfrutaba de un acto que según la tradición era amor.

Se pasó el cepillo por los mechones dorados de su cabeza y acomodo las sucias sedas del lugar donde su labor como mujer se accionaba automáticamente; al bajar hasta la sala principal notó a su querido príncipe sentado en el trono de su padre, veía con codicia aquella corona que yacía guardad en una caja de cristal, a la derecha de aquel príncipe estaba su madre, una anciana decrepita con la cabeza caprichosamente cana y ligeramente calva que no para de hablar ridícula  y efusivamente,  a la izquierda de ambos estaba un joven apuesto que se encargaba de la seguridad de aquella familia de supuesta realeza.

Por lo general siempre que observaba a su príncipe también estaba ese joven, al principio no lo notaba, pero extrañamente y con las constantes cercanías se convirtió en el anfitrión de sus fantasías.

Una noche no aguanto más y de susurros cautelosos dejo escapar su secreto a aquella mujer de maquillaje extraño y con protuberancias en la espalda a la que reconocía como su madrina, aquella doncella espera palabras fuertes de aquel ser, pero vaya sorpresa que le dio, con una sonrisa enorme la abrazó y le dijo:

-de verdad creía que estabas ciega o hechizada o algo similar. Pequeña ya es suficiente, has entendido como funciona la realidad ahora anda, has que tu fantasía esta vez sí sea real, en especial para que dejes en paz mi varita que ya me he dado cuenta que la utilizas y no precisamente para concederte deseos y no es porque te haya visto hacerlo, más bien porque desde hace un tiempo huele extraño -

La chica le respondió con una bofetada, luego corrió a refugiarse en su cama, pero entre las sedas escondió una risita que la hada la tomo como disculpa.

Cierta noche la Princesa se encontraba entre los jardines y por una casualidad extraña también se encontraba el apuesto guardián, enseguida la ansiedad se poso sobre ella y despavorida corrió completamente llena de pudor, pero esta termino tropezándose solo el estanque freno su caída; el guardián la noto y enseguida acudió a auxiliarla, pero al ver a aquella doncella de piel intensamente pálida de pechos firmes y pezones rosados, las piernas frágiles pero al mismo tiempo dignas y su respiración, una respiración que le inducia a tomarla, aquella mujer estaba en pánico, escondía su rostro para no toparse con la de aquel, un rostro perfilado de labios sumamente rojos, ojos en un azul fulminante y un cabello de un castaño brillante escondido detrás de un casco sucio, pero fue fatal bajar la mira porque noto que aquellas ropas empapadas que le cubrían permitían en traslucidos benditos delinear su dorso, un dorso magníficamente esculpido, seguro, tibio, era la completa materialización de sus deseos, tomando fuerza de todo lo que podía intento resistirse pero aun así su deseo fue vencedor, se encontraba desnudando a su anfitrión, no sedas, algodones, metales o lienzos solo su piel pálida rozándose con las de aquel joven, el aire se había quedado sin aromas y el silencio se conjugo, ambos se exploraban con los labios hasta que la luna oscureció.

La faena había termina sobre el cómodo suelo acolchonado con pasto, ambos parecían terminar de disfrutar en las tierras de la inconsciencia, pero el remordimiento la anclaba a lo real. Con sumo dolor corrió para alejarse de su placer y al adentrarse a la habitación real un reacio hedor a sangre y sudores la freno, sobre sus sedas la hada y su principié en continuos y arrítmicos movimientos se tomaban en un frenético y fetichista coito salvaje.

El cuerpo de la princesa se relajo por completo. Con la mayor cautela posible tomo aire, corrió de nuevo al jardín se coloco sobre el joven y se concentro esta vez con mucha más cautela, precisión y detalle en repetir su deliciosa fantasía.

Desde ese día el juego se repite pero esta  vez en verdad fueron felices por siempre.

5 comentarios:

  1. Hey, te van a salir pelos en la mano.... ni digas quien te alentó a leer esas cochinadas!

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  2. jajaja sin comentarios y no se preocupe no voy a decir que usted fue quien me dio las ideas...

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  3. Que es muy distinto a la invitación a la lectura

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